Este Soy Yo: Luc Besson

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Originalmente publicado en Esquire no. 71 (PDF aquí)

DIRECTOR, GUIONISTA Y PRODUCTOR DE CINE, 55 AÑOS, PARÍS, FRANCIA

> Cuando era más joven viví en Grecia y Yugoslavia. No tenía radio, tele, cine ni nada, así que sólo me quedaba la imaginación. Jugaba con piedras, pedazos de madera y cajas viejas. No tenía juguetes. No había ninguna tienda cerca de mi casa; la más cercana estaba, quizás, a unos 500 kilómetros. Así que aprendí a usar la imaginación, y de eso se trata la ciencia ficción, pues nadie conoce el futuro.

> Desde hace algunos años, gracias al desarrollo de la tecnología, el límite de la ciencia ficción es tu imaginación. Puedes crear todo lo que quieras. Para mí ha sido una bendición.

> Mis películas se quedan conmigo cuando acabo de filmarlas, en mi cabeza no terminan. Se mantienen frescas. Es como cuando tienes un hijo de 18 años que ya se fue de tu casa, pero como padre te niegas a aceptarlo.

> Terminar una película me deja exhausto. Para volver a tener energía intento irme tan lejos como puedo y apartarme de los humanos durante un rato. Veo a mis amigos, los delfines, y pasó una buena temporada con ellos, que siempre me enseñan lo que realmente importa en la vida [ríe].

> Me encanta escribir. Así ha sido desde que tenía 16 años. Escribir es mi gimnasio. Me levanto todas las mañanas y escribo sin importar lo que suceda. Me gusta porque me hace sentir pleno. Es como liberarme. Prefiero escribir que dirigir, pero cuando me emociono con un guión entonces soy muy feliz de salir a trabajar todos los días.

> Me gusta cuando la gente empieza a hablar de alguna de mis películas pero se olvida de que yo la hice. Por ejemplo, una vez alguien me dijo: “Tienes que ver esta película porque tal tipo hace tal cosa”, y esa persona se olvidó de que estaba hablando con quien la hizo [ríe]. Fue muy gracioso. Me ha pasado dos veces y ha sido mi cumplido favorito.

> La mayor parte del tiempo me desprendo de mis películas, permito que le pertenezcan al público y las veo después de un par de años. Por ejemplo, ahora creo que ya soy mayor de edad y ya puedo ver The Professional [película con Jean Reno y Natalie Portman que escribió y dirigió en 1994].

> Lucy fue una película muy difícil. Parecía un rompecabezas y es la primera vez que veo a mi equipo tan perdido. Me veían como si estuviera loco, me decían: “Ok, como tú digas”. Fue como una gran partida de ajedrez. Me arriesgué mucho y confié en la gente que me ayudó con los efectos especiales porque con estos nunca se sabe si el resultado será lo que tienes en mente, y no puedes ver nada sino hasta nueve meses después. Al final, disfruté mucho hablar de inteligencia, de capacidad cerebral, de lo que se oculta detrás del universo. Fue fascinante.

> Los personajes femeninos no me interesan más que los
masculinos.
Hombres y mujeres me importan igual, pero lo que me atrajo mucho de Lucy —quizá por primera vez en mi carrera— es que era una mujer normal que no sabía qué hacer con su vida, que se iba demasiado de fiesta y tenía un novio. Así que es una chica promedio, no hay nada particular en ella.

> Con Lucy me distancié de lo que suelo hacer porque obviamente Juana de Arco [The Messenger: The Story of Joan of Arc, 1999] fue muy diferente, así como Nikita [La Femme Nikita, 1991] y Aung San Suu Kyi [The Lady, 2011], que son personajes muy fuertes. Lucy [Scarlett Johansson en la película homónima] no pudo haber sido hombre. Quise que fuera mujer porque así su situación sería peor, estaría en desventaja incluso física. Quería que fuera normal al inicio de la historia.

> El proyecto comenzó cuando conocí a una profesora que realizaba estudios sobre células y cáncer. Tuvimos una conversación fascinante durante un par de horas y empecé a sentirme atraído por la inteligencia y el cerebro. Luego descubrí que el cerebro de la verdadera Lucy —el ancestro histórico que vemos al principio de la película— pesaba 400 gramos y que el que tienen los humanos de nuestros días pesa un kilo más. Eso quiere decir que aumentó un kilo en tres millones de años, ¡no es nada! Y sólo usamos el 10 por ciento de nuestra capacidad cerebral, pero es impresionante lo que hemos logrado con ello.

> No suelo arrepentirme de nada. Hoy puedo afirmar que filmas las películas de tus tiempos. Es decir, cuando tienes 25 años —hice Subway en 1985— es imposible desear hacer la película que haría un hombre de 40. Lo que uno sabe de la vida a esa edad tiene que ver quizá con una o dos aventuras sexuales, nada de hijos, y ves la vida de cierta manera, así que creas películas de acuerdo a ello. Creo que es bueno que a los 20 filmes algo según tu edad y que cuando cumples 50 —como es mi caso— te dediques a hacer películas en las que hables de filosofía y menosprecio.

> Nunca he hablado de retirarme. Alguna vez dije que quería dejar de dirigir en cierta etapa de mi vida, porque dirigir es exhaustivo. Cuando era joven y tenía 16 o 17 años, conocí a un tipo que me dijo algo muy sabio: “Si no tienes nada que decir, mejor cállate”. Así que si no tengo nada que decir, si no tengo una película que en verdad me haga pensar “quiero hacerla y vivir con ella”, entonces no la filmaré.

Foto: theplace2.ru

Nota: Lucy, de Luc Besson, se estrena el 28 de agosto. Narra la historia de una mujer (Scarlett Johansson) que vive en Taiwan y es secuestrada para transportar una bolsa de droga que le introducen en el intestino. Tras una golpiza, el polvo se derrama y su inteligencia se potencializa.

The Last Ship

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Originalmente publicado en esquirelat.com

La nueva serie de Michael Bay llega a la televisión por TNT.

Dicen que The Last Ship es una serie de televisión, pero desde el primer capítulo uno siente que está viendo una película. La historia inicia cuando un grupo de marinos sale hacia el Ártico para completar una misión sin saber que el 80% de la humanidad se ha infectado con un virus letal. Mientras los tripulantes del USS Nathan James pasan meses en altamar, sus amigos y familias mueren. Sólo hasta que regresan y se acercan a las costas estadounidenses se enteran de que los gobiernos de todo el mundo se han colapsado y de que quizá ellos son los únicos sobrevivientes de la pandemia.

Dan ganas de ver The Last Ship en una pantalla de 16×9 —tamaño cine—, con un buen equipo de sonido y palomitas en mano. El barco en el que se grabó la serie no es un set artificial, sino un destructor de la marina de Estados Unidos. Para que su interpretación fuera creíble, los actores fueron asesorados por miembros de la marina en tiempo real. La música —tan emotiva como épica— fue compuesta por Steve Jablonsky, quien también hizo los arreglos para las cuatro películas de Transformers que Michael Bay —productor ejecutivo de la serie— ha dirigido hasta el momento.

The Last Ship está basada en un libro. El volumen homónimo se publicó en 1988 y describe lo que sucede con la tripulación de un barco que sobrevive a una guerra nuclear. La adaptación —dirigida por Jack Bender (Lost y Under the Dome)— está protagonizada por Eric Dane y Rhona Mitra: él saltó a la fama por su papel de McSteamy en Grey’s Anatomy y ella se volvió memorable por convertirse en la segunda modelo que inspiró el físico de Lara Croft en el videojuego de mediados de los noventa. Él es el capitán del barco. Ella es una microbióloga en busca de una vacuna para salvar a lo que queda de la sociedad.

The Last Ship es difícil de clasificar. Tiene algo de ciencia ficción, de drama y de thriller. A pesar de que retoma una temática muy similar a otras series y películas actuales, aborda el conflicto con mayor seriedad… O quizá —como dijo Eric Dane durante la presentación de la serie en México— nuestra aniquilación como especie cada vez se siente más real y por ende nos aterra como nunca antes.

Desde el Hotel Four Seasons del DF, hablamos con Eric, y él nos dijo más acerca de The Last Ship, que se estrena este lunes 4 de agosto por TNT a las 9 pm.

ESQUIRE: ¿Cuándo empezaste tu carrera en Saved by the Bell (1989), ¿alguna vez imaginaste que interpretarías a un capitán, como ahora en The Last Ship?

ERIC DANE: No, jamás pensé que volvería a trabajar después de Saved by the bell [ríe].

ESQ: ¿Cuál fue el primer reto de tu preparación para interpretar al capitán Chandler?

ED: Me puse en forma tanto como fue posible, porque sabía que habría momentos de mucho esfuerzo físico durante la grabación. No investigué mucho con respecto a lo que haría un capitán, sino que básicamente me puse el uniforme y actué con base en las circunstancias con tanta veracidad como fue posible.

ESQ: Alguna vez mencionaste que sentías cierta presión por interpretar al capitán de un barco. Ahora que terminó el rodaje de la primera temporada y se confirmó que habrá una segunda, ¿sigues nervioso?

ED: Nunca sentí presión. Siempre pensé que tendríamos una buena oportunidad de tener éxito y estaba feliz y orgulloso con lo que creamos. Nunca pensé que tendríamos tanto éxito como tuvimos, pero no todo dependió de mí. Estuve acompañado de un gran elenco, un gran director, grandes escritores y Michael Bay, quien definitivamente ayudó. Pienso que todo eso, en conjunto, derivó en el producto final y en la posibilidad de hacer una segunda temporada.

ESQ: Tu familia estuvo en el ejército. ¿Qué implicó este papel para ti?

ED: Sí, de hecho mi papá estuvo en la marina. No sé si es un guiño para él, pero yo tengo un profundo respeto por las fuerzas armadas de Estados Unidos y específicamente por la marina del país. Así que significó mucho que pudiera retratar la vida de un comandante de un barco. Tuve que hacerlo con tanta precisión como fuera posible, porque estas personas han sacrificado mucho por su país, y no sólo en Estados Unidos, sino en cualquier nación. Y no sólo me refiero a los sacrificios físicos, sino a que tienen que pasar tiempo lejos de su familia, muchas horas lidiando con protocolos y demás. Quisimos honrarlos tanto como fuera posible y la mejor manera de hacerlo fue retratando sus vidas con tanta precisión como fuera posible.

ESQ: ¿Cómo fue la dinámica con el resto del crew, considerando que grabaron en un espacio tan pequeño como el de un destructor real?

ED: Fue difícil, porque corríamos el riesgo de que las dinámicas se sintieran forzadas. Grabar en un destructor fue un reto porque los espacios eran pequeños y constantemente tienes que lidiar con la geografía del barco y con el hecho de que en una escena participan varias personas de la producción. Pero todo el mundo tuvo una buena actitud y la dinámica fue buena.

ESQ: En el piloto de la serie nos damos cuenta de que tu personaje tiene una familia y no sabe si volverá a verla. Cuéntanos más de ese lado humano que veremos de tu personaje.

ED: Es algo que está ahí, pero a la vez no… Es decir, cada decisión que hago como líder y como capitán debe estar compartimentalizada, porque debo pensar en los intereses de la misión y el bien común de quienes estamos en el barco, pero al mismo tiempo tengo una familia a la que tengo que volver y no sé si está a salvo o no. En el piloto vemos que me mandan un mensaje donde me dicen que están en una cabaña con mi padre, y luego en los siguientes episodios habrá algunos recuerdos de lo que sucedió antes de que me fuera, pero no es algo que tendrá continuidad. Eventualmente sabrán si me reuniré con mi familia o no. Ya lo verán.

ESQ: Hablando de familia, la televisión es muy demandante. ¿Cómo mantienes un balance entre tu trabajo y tu vida personal?

ED: Es difícil, justo ahorita estoy en Montreal grabando una miniserie. Ahorita vino mi esposa a México para acompañarme, pero he estado fuera de casa durante un tiempo y el domingo tendré que volver a viajar durante un mes. Así que no podré estar con mis hijos, y eso es muy complicado. Es justo uno de los sacrificios que también hace la gente que está en el ejército. Yo también tengo que pasar mucho tiempo lejos para trabajar, e incluso cuando estoy en la ciudad en la que vivo, tengo que estar trabajando. Hay veces que me levanto y salgo antes de que se despierten y vuelvo cuando ellos ya están dormidos, así que es un reto.

ESQ: Seguro que después del éxito de Grey’s Anatomy tuviste muchas ofertas de trabajo. ¿Te concentraste en buscar papeles que fueran 100% distintos a McSteamy?

ED: Sí, estaba buscando algo diferente, pero creo que así sucede con cualquier actor. Siempre quieres retarte, usar distintos sombreros. Pero no quería agitar ninguna imagen. Estoy muy agradecido con Grey’s Anatomy y con el papel que interpreté ahí. Es lo que finalmente me permitió llegar hasta donde estoy el día de hoy. Así que el cambio sucederá con el tiempo, de manera orgánica.

ESQ: ¿Qué tan difícil es para ti que continuemos preguntándote por ese papel una y otra vez?

ED: ¿Sabes? Es difícil, porque trato de no dar la misma respuesta cada que me lo preguntan. Lo más fácil para mí sería responder lo mismo una y otra vez, pero pasé siete años de mi vida en esa serie y le di una porción significativa de mi vida. Eso fue muy bueno para mí, así que no quiero rechazar ninguna pregunta que alguno de ustedes pudiera tener al respecto dándoles la misma respuesta una y otra vez.

ESQ: Tienes mucha experiencia en series. ¿Cómo sientes que cambió la televisión desde tus inicios y hasta ahora?

ED: Cuando empecé a trabajar en Grey’s Anatomy, la tele no era como ahora. Dios, eso fue hace mucho tiempo. Ahora, gracias a la televisión de cable, tienes una gran variedad de programas y muchos de éstos tienen gran calidad. Definitivamente han cambiado las reglas del juego. Hoy hay mucho más que puedes hacer en cable, porque no tienes las restricciones y estándares del resto de la televisión. Y como resultado hay mucha más gente talentosa que trabaja en el medio.

ESQ: Pronto te veremos en cine en The Grey Lady. ¿Puedes hablar un poco de este proyecto?

ED: Sí, acabamos de terminar de filmar. Estuvimos en Nantucket y retratará a un detective de homicidios de Boston, cuyo trabajo es rastrear y perseguir a un asesino serial. Pierde a su novia en los primeros cinco minutos de la película y su vida se destroza, así que viaja a Nantucket para seguir una pista y tratar de reconstruir todo lo que perdió y recuperarse. Mientras está ahí, el asesino serial lo sigue hasta la isla, y se convierte en una persecución donde deja de quedar claro quién está persiguiendo a quién.