La última y nos vamos

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Originalmente publicado en Esquire no. 71 (PDF aquí)

Este mes se estrena la cuarta y última temporada de The Killing. Mireille Enos habla de la implacable investigadora que interpretó en esta historia de crimen y suspenso.

The Killing estuvo en peligro mortal. La serie comenzó a transmitirse en 2011 y se canceló en 2012 y 2013, pero debido a que siempre mantuvo buena aceptación entre el público, nunca faltó un productor dispuesto a darle una nueva oportunidad. Los últimos interesados en esta historia de crimen y misterio fueron los directivos de Netflix, y ahora The Killing finaliza con una temporada de seis capítulos que se estrenarán de manera simultánea en la plataforma electrónica este primero de agosto.

La serie es protagonizada por Mireille Enos (World War Z, 2013) y Joel Kinnaman (Robocop, 2014), quienes forman una dupla de investigadores que trabajan resolviendo crímenes para la policía de Seattle. La primera temporada arranca cuando Sarah Linden (Enos) está a punto de casarse y mudarse, pero justo en su último día de trabajo se enfrenta al brutal asesinato de una chica de 17 años llamada Rosie Larsen.

A diferencia de otras series de policías y detectives, The Killing no se enfoca en la resolución de un crimen nuevo cada episodio, sino que el misterio detrás de la muerte de Rosie se mantiene y produce ramificaciones que encierran nuevos enigmas que los protagonistas deben perseguir y resolver. Estuvimos al teléfono con Mireille Enos, quien nos explicó por qué este proyecto la ha fascinado durante los últimos cuatro años.

ESQUIRE: The Killing fue cancelada al final de la segunda y tercera temporadas, pero luego se decidió salvarla. ¿Cómo te sentiste con esos riesgos?

MIREILLE ENOS: Estuve muy triste de saber que se cancelaría porque al final de la tercera temporada Sarah estaba atravesando por una tragedia derivada de las decisiones que tomó, pero Netflix nos salvó y nos dio la oportunidad de grabar seis episodios adicionales, así que estoy muy agradecida por haber podido darle continuidad a la historia de mi personaje.

ESQ: El hecho de que Netflix retomara la serie implica que ahora estará disponible a través de Internet. ¿Eso implicó algún cambio para la historia?

ME: Ya habíamos grabado treinta y tantos episodios y sólo nos faltaban seis, así que no quisimos que el estilo cambiara mucho, sino que se sintiera que había continuidad. Pero sí, definitivamente nos dimos más libertades en algunas cosas. En el lenguaje, por ejemplo. Pero en términos de contenido ya éramos una serie que llevaba las cosas más allá. Como se transmitía en televisión de paga, fue algo que pudimos hacer desde la primera temporada.

ESQ: ¿Será el final de The Killing o aún podría aprobarse una quinta temporada?

ME: En términos de la historia es muy bueno saber que éste realmente es el final, porque de este modo pudimos cerrar bien la historia de Sarah. En esta temporada atamos muchos de los cabos sueltos , así que aunque es triste no creo que haya lugar para una temporada más.

ESQ: Participaste en World War Z, una película de zombies, y también tienes un personaje fuerte en The Killing, ¿qué es lo que más te gustó de estos papeles?

ME: Sarah ha sido muy fuerte desde el principio, y uno no siempre puede interpretar a un personaje así. No es alguien que podría caerle bien a todo el mundo, pero aun así es fácil enamorarse de ella. No sólo tuve la oportunidad de interpretarla, sino de de verla evolucionar y conocer más de cerca su matrimonio. Es gracioso que pases tanto tiempo siendo tú mismo y de pronto estén esas horas en las que la cámara está rodando y te conviertes en alguien más. Me encanta internarme en el mundo de Sarah. Todas las personas que estuvieron involucradas —desde los diseñadores de vestuario hasta los escritores— y crearon este mundo, están de acuerdo en que fue un placer pasar tiempo en él.

ESQ: ¿Qué tan difícil te resulta encontrar un buen personaje para interpretar en cine o televisión?

ME: Creo que es difícil tanto para hombres como para mujeres. Sé que históricamente hay papeles más complicados que se escriben para los hombres, pero siento que eso ha cambiado, sobre todo si te enfocas en la narrativa creada específicamente para la televisión. Ahora hay roles más y más interesantes creados para mujeres. He tenido mucha suerte porque los papeles que he interpretado en el cine han sido muy humanos. En la película de zombies, por ejemplo, interpreté a una madre tratando de salvar a su familia, y esa historia fue muy interesante. Hay muchos escritores que han conseguido que actores de tele actúen en cine, y viceversa, así que existe un campo de juego nuevo para la narración y eso es maravilloso.

ESQ: Justo este mes te veremos en la película If I Stay. Háblanos un poco de este y otros proyectos que tengas en puerta.

ME: If I Stay es una historia muy muy bella que está basada en una novela para adultos jóvenes [publicada en 2009 por Gayle Forman], la cual sigue el viaje de una chica que se dedica a la música y cuya familia es víctima de un terrible accidente automovilístico. Ella despierta en una especie de universo intermedio, en el que su cuerpo sigue en el hospital pero ella puede observar todo desde fuera. De este modo puede ver todo el sufrimiento de su familia y debe tomar decisiones; por ejemplo, si decide sobrevivir o no. Este personaje es interpretado por Chloë Grace Moretz [Carrie, 2013] y yo hago el papel de a su mamá, quien de joven estuvo interesada en la música punk en Portland, Oregon. Todo sucede en una especie de mundo alternativo y ella es una madre muy situada en la realidad. Es muy diferente a Sarah. Además de esta película, no tengo nada en puerta. Acabo de tener un bebé, así que me gustaría hacer una pausa y luego ver qué sucede.

El nuevo RoboCop

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Originalmente publicado en Esquire no. 65 (PDF aquí)

En 1997, una supercomputadora venció a Garry Kasparov, Gran Maestro de ajedrez. “No jugaba como una máquina, sino como el mejor ajedrecista del mundo”, dijo el ruso cuando Deep Blue dejó de ser un mero dispositivo tecnológico para convertirse en el rival que lo derrotó en público.
El miedo a que nuestras propias creaciones nos aniquilen comenzó en la ficción, pero a más de medio siglo de que el legendario escritor Isaac Asimov enunciara las tres leyes de la robótica para contener el potencial destructivo de un androide, la red arroja más de seis millones de resultados al googlear el concepto “robot apocalypse”.

A fines de los ochenta y principios de los noventa, el cine concibió nuevos escenarios para superar el temor a la rebelión de las máquinas. RoboCop (1987), de Paul Verhoeven, y Terminator 2: Judgment Day (1991), de James Cameron, no sólo garantizaban que la tecnología no nos destruiría, sino que nuestra única esperanza para sobrevivir estaría en manos de un robot. En ambos casos, el cyborg defiende al ser humano de la corporación y es un antihéroe —como Batman— dispuesto a desafiar lo socialmente aceptado para alcanzar un bien mayor. Mientras que la cinta de Cameron retrata a un robot humanoide que viaja al pasado para salvar al hombre capaz de destruir el sistema que amenaza a la civilización, la película de Verhoeven reivindica las virtudes de la robótica.

Cuando RoboCop llegó al cine, más de un académico destacó los argumentos sociales y filosóficos de la trama. En ésta, una mega corporación privatiza la fuerza policiaca de Detroit para imponer un nuevo orden a través de robots que controlen las calles. De este modo nace el Proyecto RoboCop, que se concreta cuando el agente Alex Murphy —un agente asesinado por delincuentes— es resucitado y transformado en una criatura mitad humana y mitad máquina. La sociedad que encara el nuevo policía va decayendo a medida que aumenta la violencia y la corrupción. Aunque Murphy pierde la memoria al transformarse en androide, persigue la justicia al grado de confrontar a sus creadores (como la criatura de Mary Shelley al doctor Frankenstein), quienes de inicio propiciaron la descomposición social.

Este mes, la historia se reescribe con la dirección del brasileño José Padilha —Elite Squad (2007)— y la interpretación de Joel Kinnaman —The Killing (2011)—como RoboCop. El gran Michael Keaton, quien personifica al director de la corporación a cargo del proyecto, da más detalles sobre la película.

ESQUIRE: ¿Qué fue lo que más te atrajo de esta cinta?

MICHAEL KEATON: Aunque escucharás otros comentarios acerca del elenco y el equipo, el principal atractivo para mí fue trabajar con el director José Padilha. ¡Es maravilloso! Creo que me encontraba en mi rancho cuando me llamó para convencerme. Después de hablar con él varias veces pensé que, si era capaz de hacer la mitad de lo que planeaba, resultaría una película inteligente y entretenida.

ESQ: ¿De qué modo decidiste aproximarte al papel de Raymond Sellars, el director de OmniCorp?

MK: No creía que debía ser el típico villano que se frota las manos y desea dominar el mundo. Deseaba evitar ese cliché y José, que considero el director más inteligente con el que he trabajado, se aseguró de que esto no ocurriera. Desde que recibí el guión me pareció que era un personaje muy interesante. No creo que fuera del todo malo ni que el dinero fuera lo más importante para él.

ESQ: Entonces, ¿cuáles dirías que son las motivaciones de tu personaje?

MK: Raymond Sellars es un gran pensador. Está convencido de que el enfoque robótico beneficiaría la aplicación de la ley y el orden. Quizá defendería que hay una razón moral para hacerlo. Creo que busca convertirse en un innovador y tiene curiosidad sobre las cosas que pueden cambiar el mundo. Y, bueno, gran parte de esto también obedece a su ego.

ESQ: ¿Realizaste alguna investigación previa a la interpretación de este papel?

MK: Sí, además de lo que estaba en el guión, hablé con diferentes científicos y expertos en robótica, como Hugh Herr, del Massachusetts Institute of Technology (mit). Me interesó conocer más acerca de lo que sucede hoy en día y las implicaciones morales que esto tiene. Me intriga saber hacia dónde se dirige todo. Tras pasar un tiempo con ellos, me di cuenta de que trabajan en cosas increíbles para ayudar a las personas cuando lo necesitan. Por ejemplo, han creado brazos y piernas artificiales.

ESQ: ¿Concides con los actores que dicen que es más divertido interpretar a un villano?

MK: Sí, lo que sucede es que estos personajes suelen tener más matices. Supongo que esto ya se ha convertido en un cliché.

ESQ: ¿Viste la versión original de RoboCop?

MK: No, pero hace poco leí una entrevista en la que un tipo comentó que vio la película original otra vez y la apreció más debido a que pudo percibir su tono satírico. En pocas palabras, que no se trató en absoluto de una película tonta.

ESQ: Joel Kinnaman interpreta a RoboCop y Gary Oldman al Dr. Dennett Norton. ¿Qué nos puedes decir sobre ellos?

MK: Joel es un actor estupendo y un hombre inteligente. Trabajar con Gary Oldman fue grandioso. A los dos nos emocionó formar parte de esta película, lo cual debo admitir que fue halagador para mí.

ESQ: Tras tantos años de carrera, ¿cómo eliges las películas en las que vas a trabajar?

MK: Hay varios criterios, pero en general busco trabajar con directores realmente buenos —como José—, lo que no es fácil porque hacen pocas películas. Hablando en general, ahora tengo más interés en actuar del que tuve en mucho tiempo.

ESQ: ¿Cómo describirías esta nueva versión de RoboCop? Sobre todo para quien no conoce la historia…
MK: Es una película de acción acerca de un hombre muy reflexivo. Ofrece un enfoque inteligente de los temas que aborda y resultó ser una cinta increíble.

ESQ: Ya experimentaste la presión de vestir un traje como el de Batman, ¿alguna vez quisiste ponerte el de RoboCop?

MK: No, pero creo que no es fácil usar un enorme traje negro con aspecto robótico y, al mismo tiempo, conseguir una interpretación genuina. Con Batman sabíamos que si hacíamos las cosas de forma equivocada, todo podría terminar adquiriendo un aspecto estúpido.

ESQ: ¿Cuál es el debate que la película plantea sobre el uso de la tecnología?

MK: Cuestiona en qué medida usamos la tecnología o si ésta nos usa a nosotros. Yo no soy muy bueno con ella, pero estoy mejorando. Para ser franco, no creo que haya otra opción.