Originalmente publicado en A The Style Guide by Andares, noviembre 2016 (link aquí)
The Metropolitan Museum of Art presenta una exhibición que muestra los primeros siete años de la carrera de la icónica fotógrafa estadounidense.
Uno podría detenerse en la esquina de la calle 59 y la Quinta Avenida, en esa intersección que abarca tiendas de lujo, el Hotel Plaza y Central Park. Podría escuchar el cláxon de los taxistas que maldicen y comprar un hot dog. Podría decir que estuvo en Nueva York, pero la vida de esa urbe que nos obsesiona y nos seduce está también en otra parte. Está, por ejemplo, en los apartamentos diminutos del Lower East Side, en el autobús que diariamente llega desde Brooklyn y en los camerinos de un club nocturno. Está, por ejemplo, en las fotografías de Diane Arbus, que capturó la vida de la ciudad como la de ninguna otra en los más de 20 años que duró su carrera, y hasta su muerte en 1971.
Este mes, The Metropolitan Museum of Art rinde homenaje a su trabajo. Diane Arbus: In the Beginning comprende más de 100 fotografías de la artista que nació y murió en Nueva York. La exhibición (prácticamente inédita) denota cierta nostalgia: abarca sólo los primeros siete años de la carrera de Arbus (1956-1962) y la selección que fue retratada con cámaras de 35 mm invita a conocer los secretos de su amada ciudad. Aunque siempre fue hogar, Arbus nunca dejó de sentirse fascinada por Nueva York. Sobre todo, le intrigaba su gente. Por eso en sus retratos hay paseantes de Time Square, un hombre solitario en Coney Island o una mujer que fuma al otro lado de la ventana de un taxi.
En 1962, Gay Talese publicó una crónica que llamó “New York Is a City of Things Unnoticed”, en la que el periodista captura los ruidos que casi no notamos o los animales que duermen bajo una catedral. La selección de Arbus, que hasta mediados de mes se exhibirá en el MET, cumple una función similar: comprende la magia de lo ordinario. Su cámara detiene el ruido y el movimiento de la ciudad que nunca duerme y nos muestra individuos, como si la lente aislara cada componente y luego lo soltara para devolverlo a la esencia de la ciudad.