Publicado en la revista Esquire no. 70 (PDF aquí)
Tu hijo despierta de una cirugía y te dice que estuvo en el Cielo. Además, tiene pruebas. ¿Que harías? En Heaven Is for Real, Greg Kinnear es un pastor que pasa por esta situación.
La historia es la siguiente: cuando Colton Burpo cumplió cuatro años de edad, ingresó a la sala de urgencias de un hospital de Nebraska, Estados Unidos, para ser operado del apéndice, donde estuvo a punto de morir. Por ello, según sus médicos y familiares, su recuperación fue un milagro.
Poco después, el pequeño Colton puso de cabeza todo lo que sus padres creían. Les dijo que había estado en el Cielo y que ahí se enteró de cosas que no tendría manera de saber; por ejemplo, que su madre tuvo un aborto y que su padre perdió la cordura en la capilla del hospital mientras él estaba en cirugía.
Cuando Todd, el padre de Colton, decidió plasmar su historia en papel, el libro se convirtió en un #1 Best Seller de The New York Times, y a la fecha ha vendido más de ocho millones de ejemplares en Estados Unidos. Ahora la anécdota llega al cine bajo la dirección de Randall Wallace (guionista de Braveheart, en 1995, y director de The Man in the Iron Mask, en 1998), y Greg Kinnear está feliz de interpretar a un pastor cuyo hijo lo obliga a reflexionar acerca de lo que sucede después de la muerte. Estuvimos al teléfono con el actor que nos cautivó en As Good as It Gets (1997) para hablar de esta cinta.
ESQUIRE: La película ha tenido buenas críticas y el libro fue un bestseller. ¿Qué es lo que cautiva de la historia?
GREG KINNEAR: No he leído el libro, pero en cuanto a la película, todo empezó cuando hicimos una búsqueda exhaustiva por todo el país buscando al Colton Burpo ideal, y encontramos a Connor Corum, que es tremendo. Pero no sé, creo que al final la película se enfoca menos en el Cielo y más en la relación entre las personas de esta familia. La historia cuenta lo que les pasó con tanta honestidad como es posible. Además, creo que hoy la gente está más abierta que antes a estos temas. El actor Christian Bale está trabajando en algo parecido, y este año aparecerá una película llamada God’s Not Dead.
ESQ: ¿Crees que la película podría interesarle incluso a la gente escéptica?
GK: Claro. Lo supe en cuanto leí el guión y me reuní con Randy Wallace y el productor, Joe Roth. Me hablaron de la historia y me pareció que, estuviera basada o no en hechos de la vida real, era perfecta para el cine. Sin embargo también me sentí un poco reticente, porque tendría que interpretar a un pastor, cosa que nunca antes había hecho, y cuando he visto pastores en películas, suelen ser interpretados con cierta reverencia. Sin embargo, en Heaven Is for Real Todd además es papá, bombero y réferi de luchas. Es decir, no es un pastor con un solo matiz.
ESQ: ¿Sólo te preocupó tu interpretación o el personaje en sí?
GK: No quería que mi personaje fuera muy religioso. En un principio pensé que cuando su hijo le dijera que había ido al Cielo, Todd no le haría ninguna pregunta, que todo sería un guión lleno de dogmas y religión pero, en lugar de eso, la película trata de enseñarte la sorpresa de Todd ante estos acontecimientos. Eso es fuerte. Hubo gente y comunidades religiosas que dijeron: “Espera un segundo, él es un pastor, no debería de tener ningún problema en aceptar que su hijo fue al Cielo”. Yo estuve completamente en desacuerdo con esa idea. Cuando la gente se entera de que alguien es religioso, suele pensar que no tiene la habilidad de cuestionar nada, pero creo que es una manera limitada de ver a alguien que podría creer en Dios o en un poder mayor. Eso no quiere decir que no tendrá preguntas, que aceptará todo.
ESQ:¿Qué aportó Randall Wallace para crear un filme único?
GK: Pasión. Yo trabajé con Randy en una de sus otras tres películas —We Were Soldiers (2002)— y sé que además dirigió The Man in the Iron Mask y escribió Braveheart. Es un tipo sumamente apasionado. Cuando escuché la historia y decidí trabajar con él, sentí que las estrellas se alineaban porque tenía frente a mí al director adecuado para contar la historia adecuada. Creo que Randy tiene la habilidad de moldear una historia y mantenerla real.
ESQ: Tu personaje cuestiona si lo que su hijo dice es verdad o no. ¿Te pasa eso como papá en la vida real?
GK: Claro, mis hijos constantemente ponen a prueba mi confianza con cualquier historia. Utilizan esa imaginación increíble que tienen todos los niños para decirme algo que podría sonar medio loco, y que sé que no es verdad; pero al mismo tiempo mis niños, como todos, tienen momentos en los que sé que nadie es más honesto conmigo que ellos. Si me veo gordo, mi hijo me lo va a decir. Y no va a intentar suavizarlo ni nada, porque no tienen un filtro. Lo que es interesante de la película es que Colton tenía cuatro años cuando le contó su historia a su papá y Todd empezó a luchar con la idea de que lidiaba con la imaginación de su hijo pequeño, que también veía dinosaurios y demás, y a la vez con el otro lado del niño que era completamente honesto y verdadero.
ESQ: La película lidia con un tema que nos preocupa a todos: qué pasa al morir. ¿Tú qué preguntas te haces en esta etapa de tu vida?
GK: Cuestiono mi habilidad de ser un buen padre, es un trabajo que no termina y constantemente intento lidiar con ello tan bien como sea posible… pero no hay una guía de cómo hacerlo, así que ese es un tema que se mantiene.