Ante todo, paz, pide Iglesia de México a dos años de los asesinatos de dos jesuitas en Chihuahua

Originalmente publicado en The Associated Press, junio de 2024 (link aquí)

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CIUDAD DE MÉXICO – Nada borrará aquel 20 de junio de la memoria de los líderes religiosos de México. 

Poco después de acabar con la vida del beisbolista Paul Berrelleza y del guía de turistas Pedro Palma, las balas del crimen organizado derramaron sangre sobre el altar de una iglesia en la Sierra Tarahumara en 2022. 

“No” al olvido y “sí” a la paz, reclaman diversas instituciones de fe desde los asesinatos de los sacerdotes jesuitas Javier Campos y Joaquín Mora en su templo de Cerocahui, al norte del país. 

El gobierno mexicano ha mostrado poca empatía por el dolor de las víctimas del narcotráfico, pero entre éstas y sus familiares los reproches no ceden. 

Para recordar los asesinatos de hace dos años, la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), Jesuitas de México y otras agrupaciones religiosas que crearon una Red Nacional de Paz iniciaron el jueves la tercera etapa del Diálogo Nacional por la Paz, una serie de encuentros entre funcionarios públicos y ciudadanos que busca asentar compromisos y soluciones para enfrentar la violencia. 

“El asesinato de los padres Javier y Joaquín nos ha permitido resignificar el dolor que mora en los corazones de muchos rincones del país, construir un movimiento compartido que tiene la paz como horizonte y las víctimas de la violencia como punto de partida y estar dispuestos a no claudicar hasta volver habitable cada territorio”, dijo la CEM en un comunicado.

Las campanas de los templos jesuitas sonaron al unísono el mismo jueves por la tarde. Horas más tarde, en una iglesia de Ciudad de México, docenas de devotos se reunieron para celebrar una misa especial en su honor. 

“Con ellos recordamos a todos los que han muerto por motivos de violencia y por indiferencia”, dijo el padre Javier Acero, quien encabezó la eucaristía en la Iglesia de la Sagrada Familia.  “Hoy, en este día, pedimos la paz, lo gritamos”. 

“Denunciamos que siguen las desapariciones en nuestro país, que sigue la indiferencia por parte de aquellos a quienes les toca salvaguardar nuestra seguridad”, añadió a pocos metros de un retrato de sus hermanos asesinados. “Y sabemos que denunciar esto significa derramar sangre, sudor, lágrimas, pero lo seguiremos haciendo”. 

Al finalizar la misa, en una calle aledaña, se inauguró el mural titulado “Memoria Cerocahui”, de la artista Paulina Jiménez.

En los últimos dos años, sacerdotes, hermanas, laicos y otros miembros de las comunidades de fe entablaron charlas a lo largo y ancho de México y recogieron más de 60.000 testimonios que, según la CEM, reflejan un diagnóstico comunitario. 

Con base en aquellos encuentros, la Red elaboró un documento que trazaba una hoja de ruta para encaminar al país hacia la paz y enumeraron una serie de compromisos que convocaron a firmar a los entonces candidatos presidenciales en marzo. Los opositores Jorge Álvarez Máynez y Xóchitl Gálvez celebraron la iniciativa, pero Claudia Sheinbaum, quien sucederá al presidente Andrés Manuel López Obrador tras haber ganado las elecciones del 2 de junio, debatió varios de los puntos y firmó con reticencia. 

Tanto Sheinbaum como López Obrador han repetido que los homicidios dolosos disminuyeron durante la última administración y rechazan toda crítica de opositores, organizaciones de derechos humanos y activistas a la gestión presidencial.

La relación entre López Obrador y la iglesia católica se volvió tensa desde los asesinatos de Cerocahui. Ante las desapariciones y muertes, los religiosos pidieron al gobierno repensar su estrategia de seguridad, pero el presidente cuestionó su “hipocresía”, alegando que los sacerdotes no hicieron los mismos reclamos a sus predecesores. 

“Después de la muerte de Javier, de Joaquín, de Pedro y Paul, tuve que empezar a hablar y el presidente de la República me dijo que era cínico, hipócrita, y que por qué nunca había hablado”, dijo en una entrevista reciente a la AP el sacerdote jesuita Javier Ávila, quien recibe de denuncias de derechos humanos en la ciudad norteña de Creel. “Pero no puedes ser indiferente cuando has tocado fondo, cuando te ha salpicado la sangre, cuando has compartido el llanto y la esperanza». 

En su comunicado del jueves, la CEM también anunció el inicio de los denominados Proyectos Locales de Paz, que articularán diversas acciones en escuelas, barrios, empresas y entornos familiares. 

Los siete puntos que abarca su propuesta de Paz incluye reconstrucción de tejido social, seguridad, justicia, cárceles, juventudes, gobernanza y derechos humanos.

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AP Foto: Fernando Llano

La cobertura de noticias religiosas de The Associated Press recibe apoyo a través de una colaboración con The Conversation US, con fondos del Lilly Endowment Inc. La AP es la única responsable de todo el contenido.

Ante violencia en México, candidatos presidenciales se comprometen por la paz con líderes religiosos

Originalmente publicado en The Associated Press, marzo de 2024 (link aquí)

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CIUDAD DE MÉXICO (AP) – Claro que es indispensable trazar una hoja de ruta común para pacificar a México, dijo el lunes la candidata oficialista Claudia Sheinbaum en una reunión con líderes religiosos del país. Sin embargo, dejó claro que su visión respecto al escenario de violencia difiere de la que expresaron las comunidades de fe.

Sheinbaum, y los opositores Xóchitl Gálvez y Jorge Álvarez Maýnez, todos aspirantes a suceder al presidente Andrés Manuel López Obrador en las elecciones del 2 de junio, se reunieron el lunes en Ciudad de México atendiendo a una convocatoria liderada por la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) para encaminar al país hacia la paz.

El evento arrancó abordando lo que la Iglesia católica considera una “profunda crisis de violencia y descomposición social” y, posteriormente, cada aspirante dio su punto de vista sobre un listado de propuestas que los religiosos les entregaron. 

El documento compartido con los candidatos —que se titula “Compromiso Nacional por la Paz”— reúne estrategias de política pública enfocadas en la erradicación de la violencia. Las propuestas fueron producto de un diálogo que se llevó a cabo a nivel nacional en los últimos meses entre instituciones religiosas, empresariales y civiles.

Desde el asesinato de dos jesuitas en el norte del país en 2022, la Iglesia católica ha sido enfática en la necesidad de repensar la estrategia de seguridad, lo que le valió una tensa relación con el presidente López Obrador.

En el evento del lunes, Sheinbaum —quien representa la continuidad del proyecto de nación del presidente— se mostró dispuesta a dialogar y firmó el compromiso por la paz, pero tan pronto arrancó su participación enlistó los puntos que no comparte con respecto a las problemáticas de violencia.

Dijo, por ejemplo, que no coincide con la “evaluación pesimista del momento actual” —que establece que el tejido social sufre una degradación acelerada— ni considera que en México prevalezcan el miedo, la impotencia, la desconfianza y la incertidumbre.

Primero defendió la estrategia de seguridad actual citando la reducción en el número de homicidios dolosos y, como suele hacer el presidente López Obrador, Sheinbaum comparó la actual gestión con la del expresidente Felipe Calderón (2006-2012), cuya denominada “guerra contra el narco” fue “desastrosa” para México.

También negó que exista una supuesta militarización del país y, por el contrario, dijo que entre los ejes de seguridad de su gestión seguiría el fortalecimiento de la Guardia Nacional. Añadió que entre sus propuestas hay programas para alejar a la juventud de la delincuencia, el fortalecimiento de la inteligencia e investigación de las policías estatales y una reforma al Poder Judicial.

Previamente, la candidata opositora Xóchitl Gálvez dijo que haría suyas las propuestas de los líderes religiosos y la sociedad civil y se dijo convencida de que las iglesias —particularmente la Católica, a la cual pertenece— juegan un rol crucial en la construcción de paz.

Durante su intervención recordó a los ocho sacerdotes que han sido asesinados en distintos estados del país en lo que va del gobierno actual y describió los crímenes como un “hito” que han marcado a la sociedad. 

“El desafío más grande que tenemos por delante es cómo reconstruir el tejido social”, dijo Gálvez, cuya candidatura aglutina a varios partidos de oposición.

Agregó que, de ganar en los comicios, se reuniría con los mismos líderes religiosos que convocaron al evento el 2 de octubre, un día después de asumir el poder, para tener una primera sesión de trabajo, diálogo y escucha de compromiso por la paz.

“Un problema de esa magnitud necesita de la participación de todos”, dijo Gálvez, quien destacó entre sus propuestas la “desmilitarización de la administración pública” y una mejora en las condiciones de trabajo de policías, ministerios públicos y jueces.

Por su parte, Jorge Álvarez Máynez, candidato por Movimiento Ciudadano, dijo que ante el panorama de violencia actual, “los mexicanos tienen toda la razón para ser pesimistas al respecto”.

“Nos dijeron que no había que preocuparnos porque sólo se iban a matar entre ellos”, dijo Álvarez Máynez en referencia al presidente López Obrador, quien durante su gestión ha recibido críticas por su estrategia de “abrazos, no balazos” para combatir la violencia.

Pero se equivocaron, añadió Álvarez Máynez, porque la violencia y la estrategia de seguridad fallida de los últimos gobiernos han cobrado la vida de mexicanos inocentes.

El candidato añadió que, como eventual gobernante, priorizaría la defensa de los derechos humanos de los migrantes y un nuevo modelo que justicia que, por ejemplo, proveería suficiente personal para atender las denuncias ciudadanas.

También propuso mejorar la formación de policías, revisar el sistema penitenciario y que las víctimas estén en el centro de los procesos de paz para lograr una justicia transicional.

Entre las medidas que las iglesias mexicanas han tomado de cara a la violencia han destacado varias jornadas de oración y un diálogo nacional que convocó a organizaciones de la sociedad civil, académicos, víctimas, empresarios y otras voces que conversaron sobre justicia, seguridad y paz. 

En febrero pasado trascendió que obispos de Guerrero, uno de los estados más violentos de México, negociaron con grupos delictivos en un intento por frenar la ola de violencia que aqueja a la población. 

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AP Foto: Marco Ugarte

La cobertura de noticias religiosas de The Associated Press recibe apoyo a través de una colaboración con The Conversation US, con fondos del Lilly Endowment Inc. La AP es la única responsable de todo el contenido.