Originalmente publicado en Esquire no. 74 (PDF aquí)
Hace tres años que el británico dejó la saga de Harry Potter, pero librarse del estigma del mago y demostrar que es buen actor aún parece complicado. Con el oscuro personaje que interpreta en su nueva cinta, Horns, tal vez lo logre.
El chico de la cicatriz de rayo asesta el golpe mortal a Voldemort, un Ralph Fiennes calvo y desnarizado. Fin de la historia. ¿Y ahora qué? Daniel Radcliffe no es Emma Watson. Sin esa cara perfecta que desarmaría a un caballero de la mesa redonda, al ex Harry Potter sólo le queda quemar el disfraz y probar que sí es bueno ante las cámaras.
Radcliffe es el típico actor que la prensa ama: espera de pie como un caballero, saluda de mano, pregunta nombre y procedencia. Sonríe. Jamás mira a un reportero con la mirada desaprobatoria de celebridades narcisistas como Anthony Hopkins o Julia Roberts, sino como si fuera un privilegio que alguien dedique unos momentos de su vida a escucharlo.
Quiso mandar las historias infantiles al diablo en 2007, cuando protagonizó Equus en teatros de Londres y Nueva York. En esta obra no sólo apareció desnudo, también interpretó a un personaje trastornado: un adolescente que por las noches monta caballos hasta llegar al orgasmo.
Su siguiente apuesta fue The Woman in Black (2012), donde es un joven viudo que, como notario, debe vender una casa embrujada. Entre la música siniestra y la ambientación escalofriante de la mansión abandonada de la época eduardiana —primeros años del siglo xx en Inglaterra— uno pega uno que otro brinco, pero la cinta no da para más. La actuación de Radcliffe no es mala, pero una película en la que las puertas crujen y se cierran solas tampoco fue un antídoto eficaz para la maldición Potter.
Sin arrepentimientos
“Tratar de ser cool es una estupidez. Eso lleva a la infelicidad. Cuando tenía 17 o 18 años traté de ser enigmático, pero ya acepté que no soy ese tipo de persona”, dijo Radcliffe a Esquire durante una entrevista en 2013. Y tiene razón: es todo menos enigmático y cool. Tiene la piel pálida de un muerto y los ojos cristalinos de un vampiro, pero también la sonrisa del niño de la escuela al que puedes contarle todos tus problemas porque sabes que al final te hará reír.
Dice Radcliffe que su mayor miedo es tomar una decisión incorrecta. Si consideramos que no puede salir a la calle sin ser acosado por fans y paparazzi, es natural preguntarle en esta nueva entrevista: “¿Te arrepientes de Potter?”. Radcliffe ni parpadea: NO. “La fama no es algo que se vuelva normal en tu vida ni jamás te haga pensar: ‘Ah, increíble, todo este alboroto es por mí’. Pero aprecio lo que Harry hizo por mí y por la gente que vio las películas”. El actor dice que esa historia lo hizo sentir en casa, y que la sensación se volvió contagiosa. Entre el correo que sus fans le han mandado está la carta de un papá que pasó años en la cárcel. “Estuvo mucho tiempo alejado de su familia. Cuando me escribió, fue para decirme que lo único que sus hijos querían hacer con él era ver Harry Potter. Este tipo de comentarios hacen que todo valga la pena.”
Radcliffe visitó México hace un par de meses para el estreno de What If?, su primera comedia romántica. El género le interesaba, pero dice que hasta antes de esta cinta que protagonizó con Zoe Kazan —actriz que amamos en Ruby Sparks (2012)— no había encontrado un guión que realmente le gustara. En la cinta, su personaje es el clásico mejor amigo que la chica linda ignora hasta el final de la película. El estreno puso al D.F. de cabeza: aunque se planeó una alfombra roja para que Radcliffe conviviera con sus fans, las autoridades de Protección Civil ordenaron cancelar el evento. Radcliffe le pidió a su agente que verificara si no había manera de que el plan siguiera en pie, pero la respuesta siguió siendo negativa. “Cuando un país es tan cálido contigo como lo es México, es muy difícil no poder darles algo a cambio. Me dieron ganas de disculparme con toda la gente que viajó para estar ahí.”
Un disfraz de Halloween
A Daniel Radcliffe le importa poco que lo vean desnudo en una película o en una obra de teatro. El papel más difícil de su vida —por retratar los excesos de un poeta beatnik y no por las escenas de sexo— fue Allen Ginsberg en Kill Your Darlings (2013). El segundo fue Ig Perrish en Horns —cinta que se estrena este mes en México— porque aunque su personaje parece caricaturesco, en el fondo explora lo terrible que puede ser la naturaleza humana. En esta cinta —que protagoniza con Juno Temple y Heather Graham— su personaje es inculpado por el asesinato de su novia, sufre el acoso de la prensa y su propia madre le dice que desearía que desapareciera.
En pantalla, Radcliffe se interesa por personajes extremos y perturbados, que lo metan en problemas y lo pongan nervioso. Pero en la vida real sólo quiere ser un tipo común y corriente que pudiera llegar a un bar, saludarte y decir: “Hola, me llamo Daniel”.
—Si tuvieras una varita mágica y pudieras ser un tipo cualquiera durante un día entero, ¿qué harías?.
—No necesito una varita, sino un disfraz de Spider Man [ríe].
Durante la Convención Internacional de Cómics de San Diego (Comic-Con) de este año, Radcliffe se disfrazó como el héroe de las telarañas y salió a la calle a tomarse fotos con desconocidos. “¿Sabes lo que más me gustó de eso? Que pude conocer a gente como cualquiera. Es decir, siempre que alguien me reconoce es muy amable conmigo y eso es increíble, pero fue maravilloso conocer a alguien sin ser yo.” Dice que de ahora en adelante su día favorito del año será Halloween, porque podrá salir a la calle con una máscara y hacer nuevos amigos.
Foto: cortesía de Diamond Films.